Crisis coronavirus: ¿qué haríamos si no tuviésemos miedo?

Hay cosas que no puedes creértelas hasta que las vives. Eso mismo nos ha sucedido con la crisis del coronavirus. El confinamiento, esta repentina limitación en la libertad de movimiento, no es agradable; pero el sentimiento de responsabilidad social es superior a cualquier incomodidad. En clave laboral, aquello que nos preocupa no es tanto el ahora, sino el después. Porque somos de las afortunadas que podemos seguir trabajando en gran medida desde cualquier sitio con un ordenador y conexión a internet. Sin embargo, el COVID19 ha dado un mazazo a una economía que justo parecía que dejaba de estar convaleciente. Así, sabemos que las consecuencias están por llegar y que es momento de tomar decisiones por adelantado. Para ello, nosotras nos hemos preguntado qué haríamos si no tuviésemos miedo.

Este enfoque puede sonar ingenuo para muchas personas, pero lo compartimos porque nos está ayudando. Una de las mayores lecciones del emprendimiento ha sido que tenemos más capacidad de resistencia de la que creemos. Por tanto, queremos acogernos a este aprendizaje para salvar un bache más en el camino, aunque reconocemos que este es de profundidad acusada. La trayectoria hasta aquí también nos ha enseñado que no somos nadie sin el equipo, por eso hemos decidido conjuntamente repartir la carga del esfuerzo. Todas las que formamos Equality Momentum vamos a perder algo (mucho), pero preferimos eso antes que saltar directamente de este barco.

Seguro que acabaremos tocadas. Sabemos que podemos hundirnos. Eso sí: ahogarse no es una opción. Recordamos otros tiempos en los que el agua también nos llegó al cuello, en los que teníamos menos experiencia que en el presente, en los que nos sentíamos solas luchando profesionalmente por la igualdad… El miedo nos asaltó en todas esas ocasiones y solo cuando nos liberamos de él pudimos avanzar. Proponemos comprobar hasta dónde somos capaces de llegar sin dejar de ser realistas y responsables, por supuesto. Nuestra estrategia se basa en el compromiso, la participación, el optimismo y la sinceridad.

No nos gustaría sonar como ilusas. Tampoco restarle importancia a una situación extraordinariamente difícil. Solo transmitir que hay un factor que deberíamos eliminar (o disminuir) en la ecuación para actuar de la manera más certera posible. ¿Qué haríamos si no tuviésemos miedo? Pensamos en la respuesta, le sumamos un extra de prudencia, y encontramos la valentía suficiente para seguir avanzando. ¡Mucho ánimo!