Facilitar todos los recursos posibles para frenar al coronavirus cuanto antes. Esta es la filosofía que muchas empresas han adoptado ante la presente crisis sanitaria. Prueba de ello son las diferentes fábricas que, aunque se dedican a otros sectores, están aprovechando que su maquinaria es compatible para producir materiales de primera necesidad en esta situación, como batas y mascarillas, respiradores automáticos o mamparas de metacrilato.
Otro ejemplo serían los hoteles. El Gobierno estableció su cierre desde el primer decreto sobre el estado de alarma. No obstante, se han contemplado excepciones. Por ejemplo, para aquellos que ofrecen alojamiento a personal sanitario o transportistas. De hecho, muchos establecimientos se están prestando motu proprio a ello, como también están poniendo sus infraestructuras a disposición de las autoridades pertinentes para que sean medicalizadas, de modo que puedan acoger a pacientes.
Desde Equality Momentum conocemos un caso próximo: el Hotel Luz de Castellón. Sus propietarias son de esas empresarias para las que prima el compromiso con la ciudadanía y la vocación de servicio. “Ofrecimos los tres hoteles que gestionamos junto a este, es decir, el Hotel Jaime I y el Castellón Center. La Conselleria de Sanitat ha optado por este por su cercanía al Hospital General y por su fácil comunicación viaria con el mismo, aspecto muy determinante a la hora de elegirlo”, ha explicado a los medios de comunicación su directora Eva Roqueta.
En total, en el Hotel Luz se han habilitado 260 camas que ya pueden ser ocupadas por personas enfermas con pronóstico leve, es decir, “que no necesitan hospitalización, pero sí un control sanitario habitual”. Para ello, se ha requerido la coordinación de sistemas informáticos, equipos médicos, material farmacológico, catering y personal de limpieza. Con todo, se espera mitigar la saturación de los hospitales de la provincia de Castellón. Asimismo, se han decorado los espacios con mensajes para motivar a pacientes y profesionales.
Esta es una de las muchas historias que se están escribiendo estos días y que reflejan en qué consiste la responsabilidad social corporativa (RSC). Hay otras manifestaciones de ello a diferentes escalas, como la flexibilidad con trabajadoras/es sin detrimento alguno, el fomento del teletrabajo, las facilidades en compras y pagos, la remuneración extra al sobreesfuerzo… Sin duda, el tejido empresarial que tiene interiorizada la RSC es el que mejor responde a las crisis y el que mejor cabida tiene en nuestra sociedad.