La crisis ocasionada con motivo del coronavirus está teniendo un notable impacto sobre el mercado laboral. Así lo demuestra la última Encuesta de la Población Activa (EPA) publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondiente al primer trimestre de 2020. Aunque estos datos solo comprenden hasta marzo, por lo que solo recogen 15 días del estado de alarma, ya manifiestan importantes consecuencias iniciales, como el aumento de la brecha de género. Por ejemplo, de acuerdo con UGT, la tasa de empleo de las mujeres se aleja en 11,07 puntos porcentuales de la de los hombres, la de paro supera en 3,5 puntos el desempleo masculino y la tasa de actividad está 10,6 puntos por debajo. Asimismo, desde el sindicato Csif advierten sobre la situación de “especial vulnerabilidad” para las mujeres en este sentido.
Dada esta excepcional situación, hemos consultado a profesionales de Equipo Alenta, una asesoría de recursos humanos. Elena Cucala y Julio Cózar, sus socios fundadores, coinciden en apuntar que el coronavirus marcará un antes y un después. En sus palabras: “Nuestro modo de trabajar va a cambiar. Las organizaciones van a tener que responder de forma más ágil y rápida ante los futuros escenarios. La conectividad y el teletrabajo serán las claves en esta nueva coyuntura. Se dará el salto a una nueva y dinámica manera de comunicarse, apoyada indudablemente en las nuevas tecnologías”.
Sin embargo, en lo que a búsqueda de empleo se refiere, existen unas pautas básicas que mantienen su vigencia:
- Definir bien nuestro objetivo profesional.
- Analizar nuestra trayectoria tanto formativa como profesional.
- Realizar un plan de acción, es decir, dónde y cómo buscar empleo.
- Dotarnos de las herramientas necesarias para ello: un curriculum vitae atractivo y un perfil en redes sociales profesionales.
- Crear una amplia red de fuentes de empleo: portales de empleo, empresas, ETTs, consultorías, administraciones públicas, red de contactos, redes sociales…
- Estudiar a fondo las ofertas que nos interesan y que encajan con nuestro perfil.
- Llevar un exhaustivo control de las ofertas en las que nos inscribimos.
- Preparar a fondo la entrevista de trabajo, online o presencial, desde una actitud positiva.
Entre los puntos anteriores, tanto Elena Cucala como Julio Cózar hacen hincapié en las redes sociales. “Hace ya un tiempo que se han convertido en una herramienta imprescindible en la búsqueda de empleo, pues ofrecen la posibilidad de acceder a muchísimas ofertas de una manera inmediata y gratuita. Además, permiten mantener una relación directa con la persona que gestiona el proceso. Para los/as recruiters también posibilitan llegar a candidatos/as pasivos/as, es decir, personas que no están en una búsqueda activa de empelo pero que no descartan escuchar propuestas. Por tanto, hablamos de candidatos/as que los portales de empleo no alcanzan. En resumen, el CV tradicional tal y como lo conocíamos está muerto”, explican.
No obstante, a pesar de cumplir con estas indicaciones, el proceso de búsqueda de empleo no siempre se desarrolla según lo deseado. “Si después de haber definido una estrategia y haber llevado a cabo nuestro plan de acción para la búsqueda de empleo nos damos cuenta de que tenemos dificultades para encontrar oportunidades acordes a nuestro perfil, es momento de revisar nuestra estrategia. Si el plan no funciona, cambia el plan, pero no cambies la meta. Es posible que estemos invirtiendo tiempo y energía en ofertas que, si bien nos resultan interesantes, nos damos cuenta de que nuestro perfil no encaja del todo en ellas. Por tanto, hay que repasar los requisitos de esas ofertas de empleo que buscamos y chequear si cumplimos con el perfil. De no ser así, hemos de formarnos en todos aquellos aspectos que harán crecer nuestro perfil profesional acorde a nuestros intereses. Es decir: ver en qué necesito mejorar e invertir tiempo y energía en ello”, aconsejan desde Equipo Alenta.
Todo ello implica que la búsqueda de empleo tiene un coste emocional, para el cual también podemos prepararnos. “Es normal que el ánimo decaiga en algunos momentos y que tengamos algunas emociones negativas a flor de piel. Está bien así. Es psicológicamente muy sano permitirse sentir todo tipo de emociones, pero no debemos quedarnos estancados en esos estados de ánimo. Una actitud positiva y un enfoque hacia el optimismo nos ayudará a sacar nuestros mejores recursos internos para hacer frente a una exitosa búsqueda de empleo”, concluyen Elena Cucala y Julio Cózar.