Es profesora titular en la Universitat Jaume I (UJI) del área de Psicología Social, máster en Prevención de Riesgos Laborales y máster en Investigación Aplicada en Estudios Feministas, de Género y Ciudadanía. Ha participado en 23 proyectos de investigación y ha publicado más de 90 artículos en prestigiosas revistas de divulgación científica, así como varios libros. Es fundadora del grupo de investigación Género, Salud y Trabajo (GeST), pertenece al Instituto Universitario de Estudios Feministas y de Género de la UJI y es patrona de la Fundación Isonomía. El currículum de Eva Cifre continúa. Hemos hablado con ella sobre sus proyectos actuales, como también sus especialidades: el liderazgo femenino y las emociones positivas en contextos de trabajo y no incorporando la perspectiva de género.
¿Cómo y por qué fundaste el grupo de investigación Género, Salud y Trabajo (GeST)?
El grupo lo fundé como una evolución natural en mi trayectoria. Después de años dedicada a los riesgos psicosociales en el trabajo, me interesé por la inclusión de la perspectiva de género en estos tipos de riesgos y en colectivos específicos de mujeres que rompen los estereotipos de género, a veces a muy alto coste, como son las mujeres directivas. Siendo ya doctora desde 1999, decidí complementar mi formación y mi experiencia en Psicología Social del Trabajo con los Estudios de Género. Para ello, estudié el Máster en Investigación Aplicada en Estudios Feministas, de Género y Ciudadanía en la UJI en 2016, lo cual me permitió realizar investigaciones incluyendo esta perspectiva de género. Así, la creación del grupo GeST fue el resultado de toda esta trayectoria con la idea de no solo realizar investigación aplicada, sino también el llevar estos resultados a la acción, a través del activismo feminista.
El pasado 2019 recibisteis el premio de la Fundación Lafourcade-Ponce para el Bienestar Psicológico en su modalidad de investigación por un trabajo relacionado con el “liderazgo transformacional”. ¿Qué debemos entender por este concepto? ¿Es solo una noción teórica de momento o ya se está aplicando?
Según los autores de este término, Bernard Bass y Bruce Avolio en 1990, el liderazgo transformacional aquel que es capaz de motivar a sus seguidoras/es proyectando atractivas visiones, objetivos comunes y valores compartidos, así como a través del propio ejemplo de las personas líderes. Este liderazgo comprende cuatro dimensiones: (1) el grado en el que la persona que lidera es vista con un rol carismático por quienes trabajan para ella; (2) la persona líder es capaz de articular una visión inspiradora; (3) estimula la creatividad de los/as empleados/as a través de cuestionamientos y retos; y todo ello (4) atendiendo las necesidades individuales de cada persona que se supervisa. Las investigaciones centradas en este tipo de liderazgo, con líderes “reales”, demuestran que, efectivamente, es un estilo de liderazgo ampliamente extendido y que puede manifestarse en personas de ambos sexos, pero sobre todo es ejercido por las mujeres que se encuentran en posiciones de poder.
¿Podemos hablar de liderazgo femenino como un modelo o esto es erróneo? ¿Sería más correcto referirnos a liderazgo con perspectiva de género?
Precisamente, como acabo de comentar, este liderazgo transformacional parece ser el más ejercido por las mujeres y de ahí que se haya adoptado el término de liderazgo femenino. Es un liderazgo, como ya hemos visto, que se centra no solo en el resultado (que también), sino sobre todo tiene en cuenta a la persona como tal: sus sentimientos, su situación personal y laboral, su situación en el grupo, sus talentos… Es decir: es un liderazgo que parece acercarse más a los estereotipos de género de las mujeres, al ejercerlo de manera que parece centrarse en los cuidados, también en el ámbito laboral. De ahí que se le haya otorgado el término de “liderazgo femenino”, porque es verdad que parece ser el que mayoritariamente ejercen las mujeres. Pero esto no quiere decir que los hombres no puedan ejercerlo, sino que estereotípicamente se asocia más a la forma de desenvolverse de las mujeres líderes. A mí no me desagrada el término, pero teniendo en cuenta eso, que sería un estilo de liderazgo “estereotipadamente femenino”.
Individualmente, como empresarias y/o trabajadoras, ¿cómo podemos ganar bienestar psicosocial?
Creo que el primer paso es ser consciente de los mandatos de género con los que vivimos, que actúan como un corsé que muchas veces no nos deja ser quienes realmente somos y lo que realmente queremos, independientemente de nuestro género. Esta conciencia nos permite crecer y dejar de tomar decisiones bajo el yugo de la culpabilidad que tan inoculada en sangre tenemos las mujeres. Permite crecer en autonomía psicológica, que junto con la económica y la reproductiva, sería la base de lo que entendemos por empoderamiento: no se trata de darles poder, sino que sean capaces de reconocer el suyo propio. Nosotras llevamos ya dos ediciones del Programa de Empoderamiento para Mujeres con un éxito rotundo. A partir de esta toma de conciencia y de poder, la mujer podrá tomar decisiones personales y laborales, tan difíciles de separar en nuestro caso, que le permitirán ganar bienestar psicosocial en todos los ámbitos de su vida.